Parashat Ki Tetzé
1 septiembre, 2017
La ética en nosotros y entre nosotros
Hay un bonito relato jasídico que cuenta sobre un comerciante de la feria que vendía piedras preciosas. Un día llegó un cliente interesado por la piedra más costosa de su puesto, preguntó por el precio, obtuvo la respuesta y continúo mirando las opciones para hacerle un lindo regalo a su mujer. Como es habitual en los cuentos jasídicos, el piadoso comerciante se zambulló en su libro de oraciones mientas el cliente seguía mirando las piedras (eran épocas en las que las modernas estrategias de Marketting no estaban bien desarrolladas…) Al igual que ocurre en el Shuk en estos días el cliente intentó bajar el precio… pero como el comerciante estaba justo leyendo el Shema Israel no pudo interrumpir su lectura y obtuvo el “silencio” de respuesta. Entendiendo que su oferta había sido insuficiente subió su apuesta, para este momento el piadoso comerciante había concluido con sus oraciones y le dijo que le vendería la piedra, la más preciosa de su puesto al precio de su primera oferta. El cliente sorprendido quiso entender lo que estaba pasando e indagó por los motivos, a lo cual recibió como respuesta que estaba en medio de la oración y por eso no puedo responder a su primera oferta pero le había parecido adecuada. Esta es la ética de los negocios que él había aprendido de su padre y deseaba seguir por ese camino y no apartarse de él.Hay un bonito relato jasídico que cuenta sobre un comerciante de la feria que vendía piedras preciosas. Un día llegó un cliente interesado por la piedra más costosa de su puesto, preguntó por el precio, obtuvo la respuesta y continúo mirando las opciones para hacerle un lindo regalo a su mujer. Como es habitual en los cuentos jasídicos, el piadoso comerciante se zambulló en su libro de oraciones mientas el cliente seguía mirando las piedras (eran épocas en las que las modernas estrategias de Marketting no estaban bien desarrolladas…) Al igual que ocurre en el Shuk en estos días el cliente intentó bajar el precio… pero como el comerciante estaba justo leyendo el Shema Israel no pudo interrumpir su lectura y obtuvo el “silencio” de respuesta. Entendiendo que su oferta había sido insuficiente subió su apuesta, para este momento el piadoso comerciante había concluido con sus oraciones y le dijo que le vendería la piedra, la más preciosa de su puesto al precio de su primera oferta. El cliente sorprendido quiso entender lo que estaba pasando e indagó por los motivos, a lo cual recibió como respuesta que estaba en medio de la oración y por eso no puedo responder a su primera oferta pero le había parecido adecuada. Esta es la ética de los negocios que él había aprendido de su padre y deseaba seguir por ese camino y no apartarse de él.El cliente no solo compró la piedra sino que aprendió Torat Jaim, de este ejemplo viviente del piadoso vendedor.En la Parasha del esta semana, Parashat Ki Tetze leemos varias enseñanzas que tiene que ver con la ética y el comportamiento correcto. Esta Parasha contiene más del diez por ciento de las 613 Mitzvot de nuestra tradición. Hoy me gustaría resaltar especialmente los siguientes versículos:No tendrás en tu bolso pesos distintos, uno grande y el otro pequeño. Tampoco en tu casa tendrás medidas distintas, unas grandes y otras pequeñas, sino que tendrás pesas justas y perfectas…(Deuteronomio 25:13-15)De estos versículos nos surgen tres preguntas:1. ¿Por qué separa las pesas de nuestro bolso y las de nuestra casa?2. ¿Por qué habla de justas y perfectas?3. Y ¿Por qué nos habla de la prohibición de “tener” y no de la prohibición de “usar”?El mes de Elul junto al mes de Tishrei son meses de balance. La Balanza es lo que está presente en estos versículos. El signo de Libra que se da entre Setiembre y Octubre, meses que por lo general (según el año) cae Rosh HaShana y Iom Kipur tiene como símbolo la balanza.Vamos de atrás para adelante con las preguntas formuladas.El Shuljan Aruj (Joshen Mishpat 231:3), el código de leyes de nuestra tradición subraya que la prohibición no es “usar” piedras de distintos pesos, sino que es directamente de “poseer” piedras de distinto peso, na vaya a ser que alguien involuntariamente se confunda y pese incorrectamente. Si las tenemos es probable, aunque sea fuera de nuestra voluntad que sean usadas. Entonces la Tora nos prohíbe directamente “tenerlas” y no tan solo “usarlas”Shlema VaTzedak – Completas y justas tiene que ser las pesas. Si son completas, pesan lo correcto y ahí llegamos a la justicia. Shlema, es la misma raíz idiomática que Shalom. Llegamos a la Paz, con lo completo y lo justo.Y por último es llamativo la separación de las pesas de nuestra casa y la de nuestro bolso…El bolso y la casa, lo interior y lo exterior. La Tora nos advierte que debemos caminar con una misma ética dentro de nuestra casa que fuera de ella. La Tora nos invita a trabajar en estas dos dimensiones interior y exterior, en nuestros vínculos en nuestra casa – en la familia y en nuestros vínculos laborales y sociales.Cada día tenemos que inspeccionar las pesas que usamos, las medidas que usamos en nuestras relaciones y preguntarnos si son correctas y éticas. Shlema VaTzedek – completas y justas (como nos dice la Tora)Quiera Dios que podamos aprovechar este tiempo de balance que nos ofrece nuestro calendario. Shabat Shalom Rab. Ariel Kleiner