Resumen Parashat Beshalaj
26 enero, 2018
“Los caminos de la vida, no son lo que yo esperaba, no son lo que yo creía, no son lo que imaginaba,… “ canta Vicentico en una canción hermosa. Me acuerdo que en colegio, cuando era chico (6 o 7 años) jugaba con mis amigos a un maravilloso juego que en pocos minutos te mostraba el camino de tu vida. El resumen es que en pocos minutos uno sabía con quién se iba a casar, cuántos hijos iba a tener, su condición económica y en dónde iba a vivir.
El número 24 era el que yo ponía casi siempre en el medio del cuadrado, como edad para casarme. ¡Es que yo iba a tener 24 años en el año 2000!
La M la C y la A (mis posibles futuras mujeres) por supuesto que no se las voy a decir, porque sería mala suerte, y uno nunca sabe…Pero la idea es hablar de Torá y no de mi niñez.
En esta Parashá, Beshalaj, en su primer versículo, Adonai manda a los Bnei Israel por un camino más largo del que podrían haber tomado, en su salida de Egipto, para que no crucen por la tierra de los Plishtim (filisteos) y así no encontrarse con una guerra temprana que los podría hacer regresar a Mitzraim (Egipto).
Camino corto, camino largo. Muchas veces se asocia al corto con el más fácil. En la vida vamos aprendiendo que no importa si es corto o largo nuestro camino, sino si es BUENO, HONESTO, CONSECUENTE, y también MÁGICO y DIVERTIDO.
Y como los números me parecen mágicos y también me divierten, los asocio con la Torá y a veces salen cosas interesantes para algunos, intrascendentes para otros, y maravillosas para mi.
Casualidad o causalidad el primer versículo de esta Parashá – en la que como contamos antes, Dios hace ir a los Bnei Israel por el camino más largo-, es el primer versículo más largo de una Parashá que hay en la Torá, con 24 palabras. Ningún primer versículo de otra Parashá tiene tantas palabras.
Creo que a nuestras palabras, y a nuestros deseos debemos acompañarlos con acciones concretas para dales un sentido y un camino. En nuestros rezos solemos realizar acciones que acompañan y refuerzan lo que estamos diciendo (P.ej: Juntar las 4 puntas de nuestro Talit al pedir que Adonai nos junte a todos en paz desde los 4 rincones de la Tierra, antes de decir el Shema. O abrir nuestras manos cuando en el salmo 145, todas las mañanas y tardes, decimos que Dios abre sus manos para saciar a toda la Tierra).
Quizá con estas 24 palabras, que hacen que coincidan número y relato, El Creador de todas las Almas, nos quiera recordar una vez más, que no nos olvidemos de actuar, de accionar, de hacer.¡24 horas tiene un día, aprovechémoslo hasta durmiendo!
Shabat Shalom U Mevoraj!
Rab. Nico Reck