Resumen Parashat Vaetjanán

26 julio, 2018

Parashat Vaetjanan (Fragmentos)

“Shemá Israel Adonai Eloheinu, Adonai Ejad”
“Escucha Israel, Adonai es nuestro Dios Adonai es Uno”
Palabras que afirman el testimonio de la fe judía. Cada una de sus palabras pueden ser estudiadas detenidamente, pero la primera de ellas Shemá necesita de una especial atención.
Nos explica el Rab Sacks que existe una profunda diferencia entre dos civilizaciones de la antigüedad, las cuales moldearon la cultura occidental: la Antigua Grecia y el antiguo Israel. Los griegos fueron los más grandes maestros de las artes visuales: la escultura, la arquitectura y el teatro.
Mientras que los judíos, como parte de un profundo principio religioso, no lo fueron. Dios, el único objeto de adoración es invisible. Trasciende la naturaleza, crea el universo y eso lo coloca en algo más allá de nuestra visión. Él se revela solamente a través de la palabra. Y es por esto que el acto religioso judío más sagrado es escuchar.
La antigua Grecia era una cultura de los ojos; el antiguo Israel, una cultura de los oídos. Los griegos adoraron lo que ellos veían, los judíos adoraron lo que escuchaban.
“No tendrás imágenes frente a ti”, uno de los primeros mandamientos. Allí la clave de la relevancia del Shemá. Dios no es algo que veamos sino una voz que debemos aprender a oír, a encontrar y a descifrar.
Shemá Israel no quiere decir “Escucha, Israel”.
Quiere decir Escuchá. Concentrate. Prestá atención al susurro silencioso de Dios. Intentá comprender. Uní todas tus habilidades mentales, emocionales, intelectuales. Porque lo que te prescribe no es algo irracional o arbitrario, sino algo que es para tu crecimiento espiritual, para el de tu familia, el de tu pueblo, el de tu mundo.
En Judaísmo la fe es una forma de escuchar. Escuchar el sonido de la creación, el mensaje de la historia. Dejar solo de mirar, y escuchar. Parar de hablar, y escuchar. Escuchar la delicada voz de tu interior. La del alma. La de Dios.
Shabbat Shalom
Rab. Ale Avruj