Parashat Ree
6 agosto, 2021
“Mira, que pongo ante ustedes el día de hoy bendición y maldición. Bendición, si tu obedeces los preceptos de Adonai tu D’s que les he preceptuado hoy, y maldición si tu no obedeces las mitzvot de Adonai tu D’s y te desvías del camino que les he puesto el día de hoy y sigues otros dioses, a los cuales no conoces”. Con estos psukim comienza la parashá de Reé.
Hemos visto que en general, el libro de Devarim tiene el carácter de la teología de premio y castigo. También hemos visto que se expresa de modo confuso en que en ocasiones es difícil reconocer si es D’s o Moshé Rabeinu quien habla, y hemos visto también que tiene la peculiaridad que habla de tal modo que en ocasiones no es claro si se le habla a aquella generación que ingresaría a la tierra prometida, o a nosotros como lectores del siglo XXI. Ciertamente esto es uno de los motivos de la vigencia de la Torá, en tanto que se entiende que sus preceptos son para todo tiempo y toda generación. Y no es casualidad ni esto, ni el hecho de que en tres versículos veamos el énfasis que se pone en el presente, poniendo la palabra hoy en estos 3 primeros versículos de la parashá.
A continuación, observamos el deber de destruir los lugares de idolatría de la tierra prometida. En una lectura literal, ciertamente entendemos que esta era la mentalidad de la época. Un una mirada un poco más profunda, podemos entender que debemos de cuidarnos de asimilarnos en el contexto que nos rodea. Ciertamente hay cosas buenas y también neutras que son parte del derej eretz, el comportamiento del lugar y que podemos tomarlas, pero que también debemos poner atención de aquello que permitimos que entre en nuestra vida diaria que podría apartarnos de la Torá. Y luego, podemos entender el concepto de Tierra Prometida como nuestro objetivo. Bajo esa última mirada, podemos comprender también que la idolatría nos lleva a la maldición de perder nuestro objetivo de vivir las mitzvot, mientras que las mitzvot nos llevan a la bendición de la vida íntegra que nos presenta la Torá.
Por otro lado, es posible preguntarnos qué es la idolatría hoy y a qué maldición nos puede llevar. La verdad, la idolatría es algo que sigue existiendo, pero con otras formas: el egoísmo, las pasiones descontroladas, los vicios… ¡La lísta puede ser bastante larga!
Por todo esto, Moshé Rabeinu nos enseña en esta parashá que en realidad, ese día de “hoy”, donde debemos elegir entre bendición y maldición no es otra cosa que una especie de “mindfulness” en que debemos ser conscientes de qué hacemos y qué dejamos de hacer. Que todo tiene consecuencias en la vida, y que si elijo la maldición, que no me sorprenda si el día de mañana las consecuencias son una maldición. Y del mismo modo, que si elegimos la bendición, nosotros mismos seremos una bendición para quienes nos rodean, ya que la bendición sería la misma vida que escogemos vivir: Torá y mitzvot, vivir y predicar con el ejemplo, y contribuir a corregir al mundo siendo luz para las naciones ¡Este es el fundamento del libre albedrío! La elección es muy sutil y no se presenta siempre como una decisión a tomar, sino en el elegir el tipo de vida que queremos vivir hoy, cada “hoy”, conscientes de nuestras acciones y omisiones, nuestras elecciones por mitzvot o por “idolatría”, son aquello que nos acercará o alejará de nuestra Tierra Prometida.
Shabat Shalom Umeboraj
Daniel Aarón Cuper S.
Seminarista Bet Ja