Parashat Iom Kipur
29 septiembre, 2017
Curriculums y Biografías
Si nos dejamos llevar por la estadísticas, el ayuno de Iom Ha-Kipurim es –por lejos- la mitzvá más cuidada por los judíos a lo largo y a lo ancho del planeta. Solo una cuestión de imperiosa necesidad logra hacer que la gran mayoría de los judíos dejen de ayunar en este día, aun cuando el resto de los días del año estén alejados de las tradiciones de Israel.
Por años me he preguntado acerca del magnetismo que ejerce esta mitzvá…¿Qué tendrá tan de especial que ha sido elevada por encima de todos los preceptos?¿Por qué un judío estaría dispuesto a abandonar sistemáticamente las seiscientos trece mitzvot…menos el ayuno de Iom Ha-Kipurim?
¿Por qué –si van a elegir sólo una- no elegir otra? Alguna mitzvá menos dolorosa, como la siempre conmovedora Havdalá o el encendido de las velas de Januká. ¿Por qué es esta la única mitzvá que ingresa en el curriculum de la gran mayoría de los judíos del globo?
Los invito a pensar en la diferencia que existe entre un curriculum y una biografía.
El curriculum es perfecto, es “marketinero”. Allí sólo incluímos aquellos aspectos de nuestras vidas que –creemos- merecerían ser destacados y podrían darnos algún rédito. Nadie escribirá jamás sus fracasos, despidos o frustraciones en un curriculum. Pero la biografía, por el contrario, lo incluye todo. Lo destacado y aquello que quisiéramos ocultar.
Un curriculum es sintético. Pero una biografía, por su parte, abunda en detalles.
Un curriculum es obra de nuestras propias manos. Una biografía, si pretende alguna objetividad, debe ser obra de mano de otros.
Di-s en estos días del año no lee nuestro curriculum; lee nuestra biografía…Allí estará todo; nada podrá ocultarse. Los fracasos no se podrán disfrazar de éxitos, ni se podrán inflar las cifras de nuestros logros…
En nuestro curriculum bien podria parecer:
5758 – Ayuno en Iom Kipur.
5759 – Ayuno en Iom Kipur
5768 – Ayuno en Iom Kipur.
5778 – Ayuno en Iom Kipur
Pero en este día no es nuestro curriculum lo que cuenta. En este día debiéramos sentirnos cual si estuviéramos parados frente a un espejo que nos devolverá –tal vez- la imagen que no quisiéramos ver…la imagen de nuestra biografía y no la farsa de un curriculum armado a pedir de nuestro paladar.
La pregunta no es si ayunamos del 5758 al 5768. La pregunta es cuánto repercutió ese ayuno en nuestras vidas.Cuánto nos esmeramos para incorporar ese ayuno a nuestro ‘sistema’. Cuánto nos ayudó a cambiar. Ayunar y no abrir el corazón a la teshuvá es como apretar el acelerador a fondo teniendo el auto en punto muerto.
Es como aquel que se sumerge en las aguas purificadoras de la mikve con un animal impuro aprisionado en su mano (Tovel Ve-Sheretz Be-Iadó)…
El profeta Ishaiahu nos dirá desdes las lineas de la Haftará:
Hen BeIom Tzomjem Timtzeu Jefetz…”En el día de vuestro ayuno vais trás vuestros negocios”.
Hen LeRiv Umatza Tatzumu Uleakot BeEgrof Resha…”He aquí que ayunáis para seguir peleando y discutiendo, para herir con el puño de la maldad”.
HaLaZé Tikra Tzom…”¿¡A esto llamáis ayuno!?”.
“El ayuno que Yo he elegido para ustedes, es para compartir tu pan con el que tiene hambre, y para que traigas a los pobres que rechazaste a tu casa”.
¿Qué significa todo ésto? ¿Que el ayuno no vale?No. ¡Jas VeShalom!
Significa que el ayuno es parte de un contexto y una biografía. El ayuno tiene un día después que los curriculums por lo general olvidan y callan…Pero las biografías no mienten…
HaLaZé Tikra Tzom. ¿¡A esto llamáis ayuno!?¿Ayunáis para no cambiar? ¿Para que el día después sea igual al día anterior?
Iom HaKipurim, el día más sagrado y solemne del año, es el tiempo que Di-s nos ha regalado para delinear los últimos trazos de nuestra biografía…Con sinceridad, compromiso y convicción…porque las biografías no mienten…
Gmar Jatimá Tová
Rab. Gustavo Surazski