Resumen Parashat Pinjas

4 julio, 2018

Pinjas

Moshé y Eleazar reciben instrucciones de realizar un nuevo censo, después de treinta y ocho años. Ahora que la conquista de Canaán estaba a la vista, era imprescindible que Moshé constatara no sólo el número de hombres capacitados y disponibles para la guerra, sino también de integrantes de cada tribu, para una justa división de la tierra. A raíz de esta división y ante la muerte de Tzelofjad, sin dejar hijos varones, sus hijas reclaman sus derechos sobre la tierra para que ésta no vaya a otras manos. Moshé pone el caso a la consideración de D´s, quien dictamina que las hijas también son herederas y, además, establece que si alguien moría sin dejar descendencia, su propiedad pasaría a sus hermanos o, si no los había, a su pariente más cercano, estableciendo así el principio de que el título sobre la tierra debe permanecer dentro de la familia.

Esta Parashá pone especial atención en dos cosas, por un lado, la importancia de una justa división de la tierra entre todas las tribus y, por el otro, el derecho a heredar de las hijas. Esta Parashá nos habla de igualdad, nos dice que más allá de cualquier diferencia, ya sea de clase, de género, o de cualquier otro tipo, todos somos iguales, ante D’s y ante otros hombres.

A través de esta Parashá, aprendemos que todos tenemos derecho a recibir aquello que nos corresponde, por herencia familiar o por el simple hecho de ser seres humanos. En el mundo que nos toca vivir, muchas veces estamos tan atareados con nuestras propias vidas y problemas que, sin darnos cuenta, nos olvidamos que no somos los únicos sobre esta tierra.

Estamos tan inmersos en nuestra propia vorágine que no nos damos cuenta de que hay otros seres humanos alrededor nuestro que sufren, porque carecen de aquello que merecen por el simple hecho de ser seres humanos.

Que a través de esta Parashá podamos entonces encontrar aunque sea sólo un minuto para pensar y para hacer algo por aquellos a quienes la vida puso en inferioridad de condiciones, privándolos de la igualdad que sólo por ser parte de la humanidad se merecen.

Shabat Shalom

Rab. Diego Vovchuk