Parashat Beshalaj
5 febrero, 2020
Parashat Beshalaj – Rabina Silvina Chemen
Este es mi D’s y lo glorificaré. Ze Eli veanvehu
Así canta el pueblo de Israel cuando experimenta nuevamente la milagrosa intervención de D’s que abre el Mar de los Juncos para que el pueblo pase y lo cierra cuando los soldados egipcios iban a atraparlos y llevarlos nuevamente a Egipto.
Los poemas, según los biblistas, son los textos más antiguos de la Torá. Se conservaron en la memoria de las generaciones que siguió cantando sus rimas. Allí encontramos modos verbales, formas de enunciación que refieren a un hebreo aún más antiguo que el que leemos en la prosa del relato bíblico.
Y el pueblo canta, por la maravilla, por haberse salvado, porque cuando el corazón se hincha de alegría es natural cantar.
Cantan alabanzas y dentro de esas estrofas aparece la frase:
זֶה אֵלִי וְאַנְוֵהוּ, Este es mi D’s y lo glorificaré. Ze Eli veanvehu
La palabra “y lo glorificaré”, aparece traducida de diferentes modos. Porque de hecho no hay acuerdo sobre lo que verdaderamente representa.
Por ejemplo:
Nueva Biblia Latinoamericana: Éste es mi D’s, y Lo glorificaré…
Reina Valera Gómez: Éste es mi D’s, y le prepararé morada;…
Reina Valera, 1909: Este es mi D’s, y a éste engrandeceré;…
Sagradas Escrituras, 1569: Éste es mi D’s, y a éste adornaré;…
Nuestros jajamim también difieren en sus interpretaciones.
Así Rashi explica: Le voy a construir un santuario, porque la palabra neve que significa casa, hogar.
Entendiendo lo que Rashi enseña, Rav Yosef Dov Soloveitchik, agrega que la Shejiná – uno de los nombres que adopta la Presencia Divina- está relacionada con la palabra shajén– vecino. Este nombre de D’s habla de la cercanía. Cuando uno tiene emociones elevadas espirituales sentimos la vecindad de D’s. Su casa es como la de un amigo.
Mientras que Rav Shimshon Raphael Hirsch interpreta la palabra veanvehu como “Yo mismo me voy a transformar en un santuario”, acá el sujeto de la oración no es D’s, sino el poeta: Yo me transformaré en un Santuario, para honrar a D’s porque el más grande de los santuarios es el ser humano que se hace a sí mismo sagrado.
Nuestros sabios también identifican veanvehu con la raíz nave– belleza. Este es mi D’s y lo voy a cubrir de belleza. ¿Cómo cubrir de belleza a D’s?
La belleza, las formas, los sentidos estéticos que se le dan a las cosas que hacemos nos ponen en contacto con la espiritualidad, con la gloria de la divinidad. Uno puede cumplir mitsvot y no registrar nada de lo que estamos hablando. Cuando uno le agrega sentidos, cuando a uno le importa en efecto que produzca en otros, cuando lo que hacemos se transforma en ofrenda, accedemos a una ética, a una belleza que da cuenta de una manera de la ética. Como dice Søren Kierkegaard: “El puente para moverse entre las veleidades de la estética y la luz de la ética es el ejercicio de la fé. No hay cómo acercarse a D’s desde el cumplimiento vacío. No hay cómo hacerlo si no da placer y no revierte un compromiso. Estamos hablando no de la estética de la superficialidad de las formas sino de la estética que moldea nuestros actos, que brota de nuestras palabras del refinamiento de nuestro ser que hace de nosotros personas con actitudes más éticas.
Llegamos entonces al significado más precioso de esta palabra anvehu, que si la separamos podemos leer ani-vehu, yo y él, el logro espiritual más alto es la relación, la conciencia del otro, la responsabilidad por el otro, el rostro del otro que nos dibuja el nuestro. Estamos cerca de Él – con mayúsculas- cuando podemos estar cerca de él- con minúsculas. No hay espiritualidades solitarias, ni de los egoístas o los avaros. No hay fe sincera si sólo hace mirarme a mí mismo. Ze Eli– éste es mi D’s, veanvehu, cuando puedo habitarlo en esa intersección entre mi “yo” y mi prójimo.
Y si hiciéramos un ejercicio interpretativo con todos los significados anteriormente nombrados podríamos decir que son diferentes pasos hacia una espiritualidad profunda, honesta y valiosa para esta humanidad
Nivel más simple: viniendo a buscar a D’s al santuario
Para sostener un vínculo de cercanía con D’s
reconociéndonos a cada uno de nosotros como santuario en nuestras acciones y pensamientos cotidianos
Cuidando la estética de nuestras actitudes y reacciones. Agregándole belleza a nuestras obligaciones.
Y por último, transformándonos en personas éticas que dan cuenta de la legítima existencia del otro ani vehu, yo y él con minúscula nos llevan a yo y él en mayúscula y hacen de nuestras vidas, algo mayúsculo.
¡Shabat Shalom!