Parashat Vaetjanan
23 julio, 2021
“Vaetjanan el Ad’i baet hahí lemor”. Y Rogué a Ad’i en ese momento, diciendo. Con estas palabras comienza esta parashá con la que Moshé Rabeinu nos relata su súplica por perdón para entrar a la tierra prometida. Negada su petición, comprende que no podrá proteger ni guiar al pueblo, y que con el paso de la autoridad a su discípulo Yeoshua Bin Nun, no solo no tendría como guiar, sino que no tendría como mantener al pueblo de Israel apegado a la Torá y a D’s. Es por ello que dedica a lo largo de todo el sefer Devarim el deber de recordar a D’s y sus preceptos, pues es consciente de que el bienestar suele hacernos olvidar.
Lo que resulta de particular interés, es que en el lenguaje de este sefer, es que es que está escrito de tal forma en que en ocasiones no se distingue bien si Moshé le habla “a tí” como am Israel, o “a tí” como lector.
En esta parashá encontramos también la peculiaridad de que se encuentran en ella dos textos muy conocidos: La respuesta a los hijos en la hagadá de pésaj y el primer párrafo del Shemá Israel. Ello por la marcada insistencia de Moshé en no desviarnos hacia la idolatría. Y además aparece ya la idea de no desviarse de las mitzvot ni a derecha ni a izquierda.
A mi modo de entender, las palabras de Moshé Rabeinu encuentran su fundamento en el ser consciente del paso del tiempo y de un cambio de generación, con el que inevitablemente viene el olvido y la asimilación si descuidamos nuestra memoria y la educación de los hijos de nuestro pueblo. Es por ello que la Torá te habla a ti, lector, que reconoces el valor de la Torá, para que entiendas que tu rol es activo y no pasivo. La Torá y la identidad no vienen en un repollo, se transmiten del mismo modo que enseña la primera Mishná de Pirkei Avot: “Moshé recibió la Torá en Sinai y la transmitió a Yeoshua, Yeoshua a los ancianos, los ancianos a los profetas, etc”. Esto significa que la entrega del conocimiento y la identidad necesita dos acciones: entregar y recibir. Pero… ¿que se puede recibir si no se entrega?
Por ello, las palabras de Moshé deben retumbar a lo largo de los tiempos por medio de la Torá que estudiamos: No solo la debemos estudiar nosotros, sino que también quienes han de venir después de nosotros.
Vaetjanán no es una suplica solamente de Moshé a D’s por Su perdón. Es también la súplica que nos hace a nosotros, en el Siglo XXI de hacer el esfuerzo por mantener la Torá y transmitirla hacia el próximo siglo. Ya habrá quien se encargue de transmitirla a tiempos aún más distantes en el futuro si hacemos nuestra tarea hoy.
Shabat Shalom Umeboraj
Daniel Aarón Cuper S.
Seminarista Bet Jai